«Un joven para conseguir ser el mejor arquero del mundo, quiso cazar la luna. Noche tras noche, sin descanso, lanzó sus flechas hacia el astro. Su familia y amigos, comenzaron a burlarse de él. Inmutable, sin faltar ni una sola vez a su cita, siguió lanzando sus flechas. Nunca cazó la luna, pero se convirtió en el mejor arquero del mundo». Cuando empeñamos nuestra ilusión y nuestra alma para alcanzar nuestro sueño, la vida siempre nos regala algo maravilloso o inesperado.
Para conseguir nuestro anhelo, es imprescindible eliminar uno por uno todos nuestros miedos mientras podamos hacer todo aquello con lo que soñamos. Envejecemos y enfermamos en muchísimas ocasiones, sin haber intentado alcanzar nuestras pasiones más secretas, sin descubrir nuestras cualidades para el trabajo, y sin intentar convertirnos en la persona que realmente nos hubiera gustado ser. Tenemos que llegar al final de nuestra vida sin la sensación de haberla vivido a medias. Si tuviéramos el valor de perseguir nuestros deseos, (ajenos a las burlas, rumores, contratiempos, etc.) nuestra vida, sería absolutamente diferente. ¿reflexiona sobre ello?
Fuente: La mente es maravillosa